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martes, 28 de junio de 2011

La pregunta básica de PNL

En Programación Neuro-Lingüística (o PNL) el lenguaje tiene especial relevancia, y a la hora de utilizarlo, hay que poner un especial esmero. Además las preguntas en PNL, igual que en el coaching, tienen un lugar destacado.

Las primeras preguntas que nos podemos plantear cuando iniciamos un proceso de cambio y que son habituales en Coaching o en Programación Neuro-Lingüística (PNL) por ser de gran utilidad son dos:
  • ¿Qué quieres conseguir? (o ¿qué quiero conseguir?)
  • ¿Cómo sabrás reconocer que has conseguido eso que querías? (o ¿cómo sabré reconocer que he conseguido mi objetivo?)
A partir de ahora utilizaré la versión en primera persona (¿qué quiero conseguir?), por simplicidad.

La primera de esas dos preguntas (¿Qué quiero conseguir?) tiene connotaciones adicionales que conviene mencionar. El cerebro humano está completamente adaptado a la consecución de objetivos. Por ello, esa definición de objetivos es tan relevante. Hará que me ponga "manos a la obra" y que dedique todos mis esfuerzos a conseguirlos. Por tanto, tanto en nuestra vida profesional como en la personal debemos "fijarnos" objetivos con cierta frecuencia, para no vagar sin rumbo.

Muchas organizaciones ya establecen objetivos (anuales, semestrales, mensuales, dependiendo del perfil del puesto que desempeña la persona a la que aplican esos objetivos) y relacionan el salario con el cumplimiento de dichos objetivos.

También hay muchas personas que en nuestra vida privada nos fijamos determinados objetivos ya que nos ayuda a fijar un rumbo, a fomentar una motivación, etc.

Volviendo al tema de la importancia de poner esmero a la hora de utilizar el lenguaje, es importante que esos objetivos se fijen con una connotación positiva. En lugar de decir "Quiero perder peso" conviene establecer "Quiero estar más saludable/mejorar mi imagen alcanzando mi peso objetivo de X kg".

La primera de las frases incluye la palabra "perder" que tiene connotación negativa puesto que nadie quiere perder nada (aunque tradicionalmente le hayamos dado sentido positivo si va asociada a "peso": "perder peso"). En la segunda opción para fijar mi objetivo, busco el refuerzo positivo del objetivo de dos formas; mediante la idea de estar más saludable, mejorar la imagen o cualquier otra y mediante la idea de alcanzar un objetivo, que en este caso es un peso de X kg.

Con este párrafo ya he introducido la segunda de las preguntas que citaba al inicio del post. ¿Cómo sabré reconocer que he conseguido ese objetivo?. No es lo mismo decir "Quiero perder peso", que decir "Quiero llegar a pesar X kg". En el primero de los casos, ¿cuándo me debo dar por satisfecha?, ¿cuando haya perdido 15 kg?, ¿cuándo haya perdido 500 gramos? Dependerá de cada persona y por tanto todo aquel que deba fijarse ese objetivo (o cualquier otro) también deberá establecer cuándo lo ha alcanzado.

Obviamente, quedan más preguntas, que nos permitirán cerrar la definición, como por ejemplo, ¿en cuánto tiempo quiero alcanzar ese peso de X kg?, ¿qué acciones voy a llevar a cabo para poder alcanzar mi objetivo?, etc. Pero esas preguntas vendrán a continuación.

Lo importante en una primera fase es fijar ese objetivo de forma positiva, y establecer cuándo nos debemos dar por satisfechos con la consecución de ese objetivo.

Y para poder poner nuestro cuerpo y nuestra mente en acción y en la actitud adecuada conviene "visualizar" nuestro éxito. Si, volviendo al ejemplo de alcanzar un determinado peso, soy capaz de verme en mi nuevo cuerpo, con un fantástico vestido o traje chaqueta o con un bikini estupendo en la playa (ahora que ya ha empezado el verano) le estaré mandando una serie de mensajes positivos a mi cerebro que me ayudarán a que se ponga de mi parte en la consecución de ese objetivo.

La clave está en "programar" nuestro propio cerebro para conseguir aquello que queremos y estos son los primeros pasos que debemos dar.

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