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sábado, 18 de junio de 2011

Las seis ventajas de los objetivos intermedios

Cuando nos decidimos a lanzar algo, un proyecto de cualquier tipo, tanto personal como profesional, o a hacer algún cambio y por tanto nos apoyamos de un coach acostumbramos a hacerlo porque tenemos un objetivo que queremos conseguir.

Ese objetivo que queremos conseguir es aquel que cuando lo logremos nos daremos por satisfechos y pensaremos que hemos llegado a nuestra meta. En el caso de los objetivos profesionales muchas veces ni siquiera los marcamos nosotros mismos, sino que nos vienen impuestos, por nuestro jefe, por la organización, por la estrategia, etc.

Cuando el objetivo nos lo fijamos nosotros mismos porque estamos en un proceso de coaching es porque queremos aprovechar nuestras capacidades o aplicarnos algún cambio.

En cualquier caso, cuando los objetivos son a largo plazo, con el fin de ir contrastando nuestro avance y la consecución de metas, debemos fijarnos objetivos intermedios. Si al objetivo a largo plazo le asignamos el nombre de objetivo destino, a los intermedios podríamos llamarlos objetivos de recorrido.

¿Por qué es importante fijarse estos objetivos de recorrido?

Hay 6 características que hacen que sea importante marcar estos objetivos de recorrido ya que nos permiten:

  1. Analizar nuestra evolución y el grado de consecución del objetivo destino.
  2. Definir el camino (o recorrido) que queremos seguir para alcanzar el objetivo destino. El recorrido que queremos seguir no necesariamente debe estar fijado en el momento de nuestra "partida", pero sí es importante tener fijado un tramo de ese camino hacia nuestra meta ya que cualquier viaje se inicia con un primer paso, y por lo menos debo tener claro en qué dirección quiero dar ese primer paso.
  3. Entregar resultados parciales (a nosotros mismos o a otros), antes de llegar al final, garantizando la confianza necesaria para seguir adelante.
  4. Reconocer el avance que hemos llevado a cabo desde que partimos de nuestro origen hacia el objetivo destino.
  5. Analizar el recorrido pendiente hacia la meta u objetivo destino.
  6. Celebrar la consecución de metas parciales. Ya he comentado en algún post anterior la importancia de celebrar los avances para recuperar el ánimo con el que empezamos el viaje.
Por ello, cuando nos marquemos un objetivo destino (o nos venga marcado por terceros), hagamos el esfuerzo de fijar objetivos recorrido, tal como encontramos las metas volante en las largas carreras.

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