Los recursos personales con los que contamos cada uno de nosotros son la gran baza que tiene nuestro coach interior, que mencionaba yo en el post anterior. En este post voy a demostrar que es posible encontrar muchos más puntos fuertes, y por tanto recursos, de los que podemos imaginar.
Necesitamos tener tener un momento de reflexión introspectiva para conseguir identificar esos puntos fuertes que nos han ayudado a llegar donde estamos, han sido los artífices de nuestro progreso hasta ahora, por lo que debemos ser conscientes de ellos para seguir evolucionando según el planteamiento que nos hemos marcado para nuestros coaching, tanto con un profesional, como con nuestro coach interior.
El primer paso es reflexionar y recoger el conjunto de puntos fuertes que identificamos en nosotros mismos. Esta reflexión que puede parecer sencilla en primer momento no lo es tanto cuando nos proponemos hacerla ya que tenemos tendencia a conocer nuestros defectos y a infravalorar nuestras virtudes. Pero debemos hacerla porque todos tenemos esos puntos fuertes.
Una vez que hayamos hecho esa lista de virtudes o puntos fuertes, no habremos terminado nuestra tarea, porque incluso los defectos (algunos) se pueden ver desde el punto de vista positivo. Y esa será nuestra segunda actividad. Verificar si alguno de nuestros defectos tiene la versión positiva en nosotros mismos. Por ejemplo, si soy una persona testaruda (normalmente se considera un defecto), que se empeña en que las cosas salgan, probablemente también soy una persona perseverante, y de este modo lo acabo de transformar en un punto fuerte.
Ya tenemos dos listas, los puntos fuertes a primera vista, y aquellos que no lo son a primera vista pero pueden llegar a serlo si sabemos sacarles partido.
El siguiente paso es preguntar a otras personas. No siempre la visión que otros tienen de nosotros coincide con la que tenemos nosotros mismos, y esto es enriquecedor. Debemos preguntar a gente de confianza, que sepamos que van a ser sinceros con nosotros y que quieren nuestro progreso. Y con las respuestas que nos den, elaboraremos una tercera lista de puntos fuertes, y a ser posible de "defectos en versión positiva". Probablemente habrá coincidencias, puesto que es fácil que los demás perciban parcialmente lo que nosotros pretendemos transmitir. Pero son aquellos puntos que uno mismo no es capaz de identificar los más destacados, puesto que son virtudes que a nosotros nos pasan desapercibidas, pero que seguramente han contribuido a nuestra evolución y es importante que nuestro coach interior los tenga presentes, puesto que se le podrían "pasar por alto" fácilmente.
Ahora ya tenemos un listado completo de puntos fuertes, así que debemos tenerlos presentes la próxima vez que tengamos conversaciones con nuestro coach para que recordemos que somos capaces de hacer los cambios que nos propongamos y que tenemos recursos más que suficientes para alcanzar todas aquellas metas que nos planteemos.
¿Nos animamos a buscar nuestros puntos fuertes?
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