Resolver bien esos conflictos puede ser decisivo para que el equipo madure, pero sobretodo por el ambiente de trabajo y para poder obtener los resultados que se espera.
Hay muchas razones que pueden provocar un conflicto, aquí os presento algunas:
- Falta de Comunicación. Los distintos estilos de comunicación pueden llevar a malentendidos, que a su vez pueden generar conflictos encubiertos. En este punto hay que mencionar que los equipos deben compartir la información y desterrar el tradicional "información es poder", puesto que no ayuda a conseguir esos objetivos comunes, ni a crear un entorno de trabajo agradable.
- Diferencia de valores. Los equipos los forman personas, que a su vez tienen distintos valores y tienen puntos de vista diferentes. Las diferencias pueden ser de múltiple índole, desde cómo abordar un problema, cómo tratar a un proveedor, etc. Si esas diferencias no se procuran entender y no se aceptan pueden generar conflictos.
- Diferencia de intereses. Aunque los integrantes de un equipo deberían "remar" en la misma dirección, a veces tienen intereses personales distintos que ponen por encima de los intereses del equipo o de la propia organización. Esta es una fuente de conflictos importante, puesto que los intereses personales contrarios a los de la organización no se suelen manifestar abiertamente, lo que conlleva a un conflicto soterrado que costará identificar y que probablemente en el momento que se saque a la luz ya habrá hecho mucho daño.
- Incompatibilidad de caracteres. Cada persona tiene su propia personalidad, y habitualmente nos resulta más fácil trabajar con unas personas que con otras. Pero si no se intenta entender y aceptar la forma de trabajar, actuar, etc de las personas se generarán conflictos indudablemente. Particularmente este conflicto, en nuestra cultura latina, es el que más cuesta resolver, puesto que tenemos una gran tendencia a tomarnos las cosas personalmente, por lo que una vez que esa incompatibilidad de caracteres se ha puesto de manifiesto, es muy difícil conseguir que cambie.
- Escasez de recursos. Cuando miembros de un equipo interpretan que hay recursos escasos y que deben competir con ellos se puede generar un conflicto.
- Concurrencia de intereses. Otra forma "más imaginativa" de competir por recursos la tenemos cuando se produce la situación en que hay que asignar un proyecto a algunas personas de un equipo, y alguien a quien le interesaba por motivos diversos tiene que quedarse fuera del proyecto. En ese caso nosotros mismos podemos haber generado un conflicto con esa persona o personas.
Ahora que ya tengo identificadas algunas posibles fuentes de conflicto hay que ver cómo nos solemos enfrentar a ellos (independientemente de que seamos managers o no, puesto que todos nos encontramos con conflictos cada día).
Existen cinco formas de actuar (que no de resolver) frente a un conflicto:
- Evitarlo. Ignoramos el conflicto esperando que se resuelva solo.
- Colaborar. Trabajar conjuntamente con la persona con la que tenemos el conflicto para intentar resolverlo.
- Buscar el compromiso. Encontrar el punto intermedio en el que ambas partes ganan algo (aunque también puedan perder algo).
- Competir. Que gane el mejor.
- Rendirse. Abandonar nuestras aspiraciones, necesidades y deseos y satisfacer a la otra persona.
Evitar el conflicto suele ser la actitud más sencilla. Utilizo la táctica del avestruz, escondo la cabeza, y espero a ver si desaparece. Sin embargo, los conflictos no suelen desaparecer por arte de magia, por lo que no siempre es la más efectiva. En cambio, solventar los conflictos de forma activa puede ayudar a crear un ambiente mucho más positivo para todo el mundo puesto que se apreciará que hay una colaboración en el equipo para conseguir que las diferencias también se resuelvan y aprovechen en beneficio de los resultados y las propias personas.
Por otra parte, puede parecer que colaborar o buscar el compromiso son las mejores alternativas, pero no siempre será así. Si no tenemos nada que hacer, hay veces que conviene rendirse, y cuanto antes mejor para no desgastar más nuestras energías.
Obviamente si queremos resolver ese conflicto lo primero que hay que hacer es identificar claramente el conflicto, las causas, los beneficios de resolverlo y sobretodo hacerlo cara a cara (no mediante correo electrónico, etc, que no ayudarán puesto que siempre dan pie a interpretaciones confusas) y dedicar el tiempo que sea necesario para llegar a una resolución.
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