Este post, continuación del anterior describe ayudas para poder identificar el diversitipo asociado a nuestro coachee.
Obviamente, identificar el diversitipo predominante no es nada fácil. Para ello estableceremos un diálogo profundo coach-coachee para poder llegar a esa identificación y solo con el conocimiento detallado de la persona será posible llegar a ese punto de partida para poder utilizar el diversigrama.
Igualmente, si a lo largo del proceso se identifica que el diversitipo identificado no se dapta 100% se procederá a identificar un nuevo diversitipo y adaptar el proceso de coaching. Obviamente, esto es posible, puesto que cada uno de nosotros tendrá componentes de varios diversitipos diferentes y en cada momento podemos observar más predominancia de uno de ellos.
Una posible forma que mencionan Kaufmann y Cubeiro en su libro “Coaching y Diversidad” de identificar el diversitipo predominantes es analizar qué tipo de comportamientos siempre ocasionan problemas a nuestro coachee, y buscar una pauta que se repita con cierta frecuencia en dichas situaciones conflictivas o incómodas para el coachee.
En función de con qué emoción estén relacionadas podremos identificar dicho diversitipo para poder empezar a trabajar. En el libro se mencionan las siguientes emociones:
- Ira contenida, perfeccionismo, desconfianza en los demás, exceso de exigencia o disciplina, orientación a la eficacia a toda costa. Se tratará de viscerales introvertidos.
- Problemas de autocontrol, ira hacia los demás, excesos, demasiada energía o actividad, orientación al corto plazo y falta de reflexión. Característico de los viscerales extrovertidos.
- Ignorancia, olvido de uno mismo, no tener claro los propios objetivos ni un proyecto de vida, estar siempre en función de los demás. Propio de los viscerales equivertidos.
- Envidia, constante autocomparación con los demás, sentimientos relacionados con la melancolía o la tristeza, tendencia al aislamiento y/o a la depresión. Estaremos frentea a personas emocionales introvertidas.
- Orgullo, preocupación excesiva por los demás olvidándose de uno mismo, generación de expectativas hacia los demás que no se pueden cumplir, buscar ser imprescindibles para los demás. Propio de los emocionales extrovertidos.
- Vanidad, responder a una imagen creada, conseguir objetivos por encima de todo, exceso de trabajo o problemas con la gestión del tiempo. Propio de los emocionales equivertidos.
- Avaricia, dificultades con el compartir (tiempo, espacio, recursos, dinero…), ausencia de lenguaje emocional, falta de empatía, falta de relación, excesiva necesidad intelectual. Propio de los intelectuales introvertidos.
- Hedonismo, necesidad de diversión continua, falta de persistencia y constancia, excesiva conversación y poco profunda, necesidad de probar todo, excesos. Característico de los intelectuales extrovertidos.
- Miedo hacia el futuro, ansiedad o desconfianza. Propio de los intelectuales equivertidos.
Otra forma de ayudarnos a identificar el diversitipo predominante es que el coachee reflexione junto con nosotros sobre las cosas a las que dedica más tiempo, ya que es habitual dedicar más tiempo y esfuerzo a aquello que nos preocupa, y que no siempre es lo más importante, tal como mencionaba en el post relacionado con la importancia y la urgencia de las cosas. Esto nos ayudará a definir sobretodo la personalidad del coachee.
Si prefieres estar solo o acompañado, si prefieres trabajar más en equipo o individualmente, si te sientes cómodo hablando de las emociones (las tuyas y las de los demás) o si prefieres tocar otros temas, si estás más orientado hacia las personas o hacia las tareas, si piensas más en el corto o en el largo plazo, si te centras más en los detalles o en las generalidades, si eres perfeccionista y te esfuerzas por hacer las cosas de la mejor manera o si te basta con cumplir, si prefieres mantenerte activo física o intelectualmente, etc.
Este tipo de reflexiones surgirán de ese diálogo profundo coach-coachee que mencionaba al principio del post. Muchas veces el coachee puede intentar “engañarse” a sí mismo sobre su forma de comportarse y actuar, por lo que es muy importante que el coach tome parte activa, pero quien en definitiva tiene que llegar a la conclusión final es el coachee que es quien también debe aceptar el “diagnóstico” para poder empezar a trabajar en esa evolución tan deseada y por la que se ha iniciado el proceso de coaching.
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